Los centros de lenocinio, o prostíbulos en Villavicencio están actualmente en una encrucijada legal.
El reformulado Plan de Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad no contempla con certeza en qué zona de la ciudad deben quedar localizadas, pues está sujeto al uso del suelo de los barrios.
Javier Ruiz, director de ordenamiento territorial de la Secretaría de Planeación, explicó que los centros de servicios sexuales que no puedan funcionar en algunas zonas deben entrar en una etapa de transición, que contempla el traslado dentro de un término de 18 meses, de los cuales ya han pasado casi siete.
No obstante, si bien el documento contempla unas ‘Zonas lúdicas’ en los barrios San Benito y Siete de Agosto, los habitantes de estos sectores se han negado rotundamente a que lleguen este tipo de establecimientos por el impacto que genera para la tranquilidad y el entorno.
“Es necesario aparte de hacer la claridad y entrar en un proceso de concertación con la comunidad, pues nos han manifestado temor porque estos locales generen inseguridad, riñas o promueva actividades como el consumo de estupefacientes”, precisó Ruiz.
Mientras se aclara la perspectiva desde el punto de vista de planeación, la Alcaldía comenzó una estrategia para poner en cintura a algunos de estos lugares (vea nota anexa).
La semana pasada se dio a conocer que algunos bares y discotecas de los barrios Balatá y Siete de Agosto deben ser reubicados.
Aumentan los controles
Tres establecimientos de servicios sexuales en el centro de la ciudad fueron cerrados temporalmente en las últimas horas por irregularidades en Ley 232, que regula los establecimientos públicos, y también de tipo sanitario.
Hilton Gutiérrez, secretario de Gobierno local, indicó que esto hizo parte de una serie de operativos que comenzarán semanalmente en los centros de lenocinio, pues al igual que todo negocio debe cumplir con los requisitos legales para poder funcionar.
De hecho, indicó que en estos operativos intervienen también las secretarías de Salud y Medio Ambiente, pues también se está haciendo control al ruido y a que tanto la estructura del lugar como las trabajadoras sexuales cumplan con las normas de salubridad.
“Hay algunos de estos sitios que cuentan con permiso y otros no, además estamos verificado uso del suelo porque varios centros de lenocinio van a tener que ser trasladados. Las trabajadoras sexuales también deben tener carné de sanidad para poder laborar”, precisó el funcionario.
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